Soñador arrepentido
Un lamento hecho suspiro
suelta un sueño arrepentido,
sentado, aún vestido
y ante su anhelo rendido.
Preguntándose a sí mismo:
«¿Qué habría sido,
si un poco más
hubiera insistido?».
Pero antes
de echar todo al olvido,
escuchó una voz
susurrándole al oído:
—No todo está perdido,
pues los lamentos
son parte del camino
y no dictan tu destino.
¡A levantar ánimos caídos!
Que siendo fieles al objetivo
llegará el día festivo,
en el que bailaremos con regocijo,
al compás del haber persistido.
Y para ese entonces,
todo lamento habrá desaparecido.
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