Calma para el alma
No hace falta pedirle calma,
a la discreta naturaleza del alma.
Es tu mente descontrolada,
la que evita que tu alma
pueda ser escuchada.
No hace falta pedirle calma,
a la discreta naturaleza del alma.
Es tu mente descontrolada,
la que evita que tu alma
pueda ser escuchada.